4 nov 2010

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Sólo llegan ruídos como atravesando paredes.
Se deshacen en murmullos que me rozan, pero no me alcanzan. Ando en
otro espacio cuando,
al fin,
un sonido.
No pasa desapercibido y se inyecta en mi esfera opaca.
Como humo, que retiene su olor
en cada pliegue de ropa, una voz;
fijo la vista ahora.
Palabras que se olvidan pero su eco trasciende, y me gusta y
lo escucho y no me es indiferente.
Ya se calla; el silencio, otra vez el tenue bullicio,
mas ya nada será lo mismo en mi mirada ausente...

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