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Te siento sintiendo. Te veo cerrando los ojos, para notar aún más
la brisa, casi helada que te roza las pestañas y tus ojos, cada día más hambrientos.
Te mueves y no sé por qué no sales volando conmigo,
recreo todas las calles cruzadas del futuro. También me acuerdo de las
mariposas, tan sutiles y silenciosas, provocar huracanes con tan sólo un aleteo. Y el efecto,
que siempre fue el mismo, aún sin quererlo, aquella virtud o defecto que ya había olvidado...
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